El castor (castor canadensis) fue introducido en el año 1946 en la Isla Grande Tierra del Fuego para la industria peletera, alcanzando una distribución rápida en este territorio insular argentino y chileno, colonizando luego la península Brunswick, en el territorio continental de Chile.  La población actual de la especie se estima en 100.000 individuos.
Es causante de la destrucción de árboles por anillado e inundación de bosques de Nothofagus (lenga) y la disminución del volumen de los bosques, en especial los de protección de cursos de agua.